lunes, 20 de abril de 2009

COSAS DE LA VIDA

A veces, no te ha pasado que ves ciertas cosas en los niños y pensás...qué distintos somos los adultos?
La otra vez, en un lugar X, ví cómo un niño de unos 5 años entablaba relación con otra nena, sin conocerla. Y aburridos esperando a sus respectivas madres, comenzaron a jugar. Me puse a pensar con qué facilidad los chicos se relacionan y se comunican sin mirarse el color de pelo, la marca de ropa que llevan, si son flacos o gordos, sin notar diferencias. Por ejemplo: Están en una reunión y comienzan a llegar distintos chicos con sus familias que quizá nunca antes se vieron y no pasa mucho tiempo cuando ya organizaron un juego o están haciendo travesuras juntos, como si se conocieran de toda la vida... Me pregunto hace cuántos años habré perdido esa capacidad de relacionarme con los otros, sin ningún tipo de prejuicio... Pienso que se me fue incorporando, el preconcepto, el miedo, el qué dirán y tantas otras cosas que cosechamos hasta que nos hacemos adultos... Qué puedo decir, la inocencia se pierde, es parte del crecimiento... pero era necesario perder, también, esa capacidad de acercarme al otro y relacionarme sin tooodos los prejuicios que he juntado?
También es cierto que, creo no ser prejuiciosa...mentira!! todos en mayor o menor medida tenemos prejuicios de las personas...aunque lo neguemos.... O me vas a decir que nunca pensaste cuando viste a alguien: uh, este/a tiene una cara de... o algún comentario parecido y poco feliz y quizas cuando lo/a conociste resultó ser totalmente distinto a tu preconcepto? Si nos ponemos a observar un poco a los niños y recordamos lo parecidos que éramos a ellos, tal vez podamos rescatar un poquito de ésa magia que significa la niñez...

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